¡Hola!
Me llamo Andrés.
Al igual que muchos habitantes de entornos urbanos postindustriales, me veo obligado a vender mi fuerza de trabajo a más de dos empleadores a la vez.
Casi todo mi tiempo y esfuerzo se va en encontrar un punto de tensión entre el trabajo y lo que entiendo por vida privada.
La supuesta ociosidad, que no consiste en no hacer nada, sino en hacer muchas cosas que no están reconocidas en las dogmáticas prescripciones de la clase dominante, tiene tanto derecho a exponer su posición como la propia laboriosidad.
Casi siempre fallo.
No solo satisfacer las necesidades del animal, sino las necesidades individuales y sociales del ser humano.
Casi todo mi tiempo y esfuerzo se va en el trabajo.
Eso me frustra.
La constante devoción a lo que una persona llama su trabajo solo se mantiene a costa de una indiferencia constante hacia muchas otras cosas.
Legalmente no puedo decirte en qué consiste mi trabajo.
Si alguien nos envía seis hojas de papel llenas de los chismes más entretenidos o pasamos media hora agradablemente, quizá incluso con provecho, leyendo un artículo suyo, ¿nos parecerá que el servicio habría sido mayor si hubiera escrito el texto con su propia sangre, como un pacto con el diablo?
Nadie va a la cárcel por hablar en contra de la laboriosidad.
Algo de vida privada.
Cinco transmisiones en vivo, cada una tendrá una duración de quince minutos.
Instrucciones
Pieza de video.